JUEGO Y DESARROLLO PERSONAL
El juego es una extraordinaria herramienta para el desarrollo personal.
Jugar es una forma de abordar la realidad que siempre lleva implícita una profunda transformación. Jugamos desde que somos niños. Aunque jugar es una actividad más asociada a la edad infantil, en realidad jugamos durante toda la vida.
El juego es una valiosa herramienta de aprendizaje, por lo que jugar ya no se considera una “perdida de tiempo”, sino una extraordinaria experiencia para el desarrollo personal, tanto en niños como en adultos.
¿Qué es el juego?
La respuesta parece fácil. Al instante diríamos que es un momento de expansión, diversión y distracción. Pero si atravesamos el velo de la realidad tangible, nos encontramos ante una experiencia profundamente trasformadora.
El juego se establece siempre que existe en la persona:
- Interés, apetencia o placer ante una experiencia que se propone.
- Aceptación de un reto que puede ser muy infantil o tan transcendental como el Juego de la Vida.
- Apertura a la incertidumbre: puedo ganar, perder o empatar. Esto es lo que los hindúes llaman el estado de potencialidad pura.
- Voluntad de encuentro: conmigo mismo, con el otro, con el objeto con el que juego, etc. El juego ayuda a conectarnos.
Durante el juego se establece la dimensión del tiempo Kairós, el tiempo donde “algo especial ocurre”. El tiempo deja de estar regido por Cronos (Saturno, el dios del tiempo lineal) y da paso al tiempo Kairós, donde un minuto es una hora y un segundo, una eternidad.
Como vemos, jugar nos permite experimentarnos de una manera especial, fuera de nuestro contexto habitual, lo cual despierta en nosotros facetas nuevas y reveladoras.
Juego y desarrollo personal
No todos los juegos son iguales ya que cada juego moviliza unas aptitudes u otras. Hay juegos que desarrollan más la conciencia corporal, otros que desarrollan el intelecto y los hay que nos ayudan a conocer y expresar nuestras emociones.
En general en el juego:
- Nos comunicamos con el mundo. En lo lúdico nos unificamos con el otro por medio de la emoción compartida gracias a una acción conjunta.
- Creamos experiencias que tienen un sentido para nosotros. Jugamos desde la sensación de placer inherente.
- Nos muestra la ruta hacia nuestro mundo interior, lo que permite expresar emociones propias y genuinas.
- Nos permite expresar nuestra percepción del mundo, de los que nos rodean y de nosotros mismos.
- Se estimulan los sentidos, la imaginación y la creatividad.
- Nos permite revivir de forma lúdica el pasado, vivirnos con alegría en el presente y proyectarnos con positividad hacia el futuro.
- Facilita el desarrollo de habilidades físicas como correr, reflejos, flexibilidad, agarrar, sujetar, trepar…
- Facilita el desarrollo de habilidades sociales como negociar, compartir, escuchar, competir, aceptar reglas, respetar turnos…
- Facilita el desarrollo de las habilidades intelectuales como comparar, categorizar, contar, memorizar…
- Desarrolla la imagen personal en cuanto al descubrimiento de preferencias y gustos.
- Promueve la relación sana con el entorno y el medio ambiente en cuanto a conocer tanto limitaciones como posibilidades.
El juego equilibra el ego, lo jala, lo eleva hasta el punto justo donde la razón se conecta con el corazón.
Jugar llena la razón de creatividad, para después inundarla de imaginación. Nos permite experimentarnos de formas y maneras en las que jamás nos habríamos pensado a nosotros mismos.
El juego nos da permiso para ser todo aquello que queramos ser.
INLAKECH, dicen los Mayas, cuando se saludan “Tú eres otro Yo” –significa-. Comprender esto nos lleva a que la acción del corazón, aunada con la razón, que nos acciona.
Jugar es crear
Todos hemos jugado.
Jugando aprendimos a ser solo siendo.
El jugar es una reabsorción en sí en el tiempo presente, donde nos convertimos en lo pensado – sentido.
Esta abstracción que logra el ser es la conexión con nuestro yo observador, el que somos. Éste observa, y crea acontecimientos ficticios para otros, pero muy reales para él o ellos, que son los que están implicados en el juego, los actores, libres de decidir si juegan o no a cada momento.
Pensar un mundo donde el espíritu de juego no exista, es pensar en un mundo triste, limitado. El Cristo dice: “si no eres como un niño en tu corazón, no entraras al reino de los cielos”.
En el juego hay incertidumbre porque es variable en el tiempo. La creatividad brota incesante y hay convenio -no necesariamente verbal-, hay afinidad y fundamentalmente desapego a los resultados. Deepak Chopra, en su libro las 7 leyes espirituales del éxito dice:
“La sabiduría de la incertidumbre reside en el desapego… en la sabiduría de la incertidumbre reside la liberación del pasado, de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento anterior. Y en nuestro deseo de ir hacia lo desconocido, el campo de todas las posibilidades, nos entregamos a la mente creativa, que orquesta la danza del universo”
Jugando se armoniza el alma
El juego no sólo se establece en el ámbito del desarrollo personal, sino que también aborda el terreno de lo transpersonal.
En el juego hay armonía, aunque a veces esta armonía se ve truncada por emociones como el enfado, la ira, o cualquier emoción negativa que surja.
En base a la libertad, estas expresiones basadas en el principio de equilibrio, sirven para restablecer dicha armonía, como la disonancia de la séptima nota, que llamamos tensión, resuelve en la tónica. Jugando se armoniza el alma.
En lo lúdico se establece una acción amorosa que trasciende las limitaciones de la personalidad. Así podemos jugar con cualquier persona en el mundo, sin importar idioma o creencia.
La mente que se da en el juego es una mente meditativa, relajada y libre. El YO percibe desde afuera, observa y crea desde el ALMEN o alma, una mente mayor. El YO, que se refleja en el SOY… todo es mente, desde que el principio creador se manifestó como centro de una idea, la del universo.
“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol, el ego y el yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con indiferencia”. Upanishad Mund
Desde este concepto y jugando con las palabras, el ARTE aparece como cuatro siglas, que dicen: Acción, Rectificadora, por Tiempo, Especial, de la mente por medio del juego:
Ánimo
Realizador
Talento
Estético
Busca el Ánimo de Real-izar tu Talento Este-ético
Hazte ARTE